domingo, 14 de junio de 2015

Tengo que escribirte una última vez...

Tengo que calmar el miedo,
que me deja tu último beso
y tu brutal caricia. 

Un miedo que me duele el alma,
que me estruja el pecho,
que hoy más que nunca, 
repudio sin consuelo. 

Tu nombre y el momento
se tornaron en picardia,
mas las sombras y el jadeo,
lo resultaron en tal , triste ironía. 

Lo repudié, lo estoy haciendo ahora.
Las lágrimas llegan acompañadas,
y un temblor imparable  me ha invadido. 
Y tú, tu nuevamente y por última vez,
eres el partícipe indiscutible del hecho. 

Aún lo sigo repudiando, 
porque tiemblo de miedo. 
Me aterran las sombras, tu mirada...
el saber de ti. 

Adiós a los recuerdos de antaño,
a los que felices momentos me dieron. 
Adiós al respeto que merecíamos,
porque lo volviste cruenta guerra de deseos despavoridos.


Adiós a lo que un día esperé guardar de ti, 
eso que nadie sabía. 
A ese fuego que se encendía sin lastimar,
sin lograr un silencio violento,
sin que tu presa fuera repudiando todo lo que ahora escribe. 

Tatiana Torres