Tengo que escribirte una última vez...
Tengo que calmar el miedo,
que me deja tu último beso
y tu brutal caricia.
Un miedo que me duele el alma,
que me estruja el pecho,
que hoy más que nunca,
repudio sin consuelo.
Tu nombre y el momento
se tornaron en picardia,
mas las sombras y el jadeo,
lo resultaron en tal , triste ironía.
Lo repudié, lo estoy haciendo ahora.
Las lágrimas llegan acompañadas,
y un temblor imparable me ha invadido.
Y tú, tu nuevamente y por última vez,
eres el partícipe indiscutible del hecho.
Aún lo sigo repudiando,
porque tiemblo de miedo.
Me aterran las sombras, tu mirada...
el saber de ti.
Adiós a los recuerdos de antaño,
a los que felices momentos me dieron.
Adiós al respeto que merecíamos,
porque lo volviste cruenta guerra de deseos despavoridos.
Adiós a lo que un día esperé guardar de ti,
eso que nadie sabía.
A ese fuego que se encendía sin lastimar,
sin lograr un silencio violento,
sin que tu presa fuera repudiando todo lo que ahora escribe.
Tatiana Torres
No hay comentarios:
Publicar un comentario